SALUDO A CARLOS GAVIRIA EN EL ACTO CON JÓVENES EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

Publicado en por Organización Colombiana de Estudiantes - OCE

SALUDO A CARLOS GAVIRIA EN EL ACTO CON JÓVENES EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA
Sergio Fernández, Bogotá, Septiembre 8 de 2009.

Permítanme antes que nada extender un saludo especial a quien gracias a su vida pública y académica ha sido un ejemplo de unidad y de consecuencia entre las ideas y la acción, en pro de una Colombia mejor para todas y todos.

Hoy, como tantas y tantas veces la historia ha dotado de razón los argumentos de los sectores sociales y democráticos de la nación, quienes hemos ejercido la más digna de las luchas en contra del Gobierno Uribe y del proyecto de la derecha colombiana, el proyecto de quienes han logrado separar su propio destino del destino de la nación, de manera que hoy les beneficia más hacerse del lado de intereses foráneos a costa de lo que pueda suceder con las mayorías empobrecidas de éste país. Ese proyecto de derecha es el mismo al que se le deben cuatro millones de desplazados, un millón y medio de ellos desde que Uribe asumió la presidencia, ese mismo proyecto que hoy, pese a las cifras del DANE, mantiene sumidos en la pobreza o en la miseria a más de la mitad de los colombianos, es también el que iza las banderas del modelo neoliberal, modelo que conduce ineluctablemente al empobrecimiento de las mayorías, al debilitamiento del campo que hoy lleva a Colombia a importar más de 8 millones de toneladas de alimentos cada vez más caros, un proyecto que de seguir avante conducirá al aniquilamiento total de la ya achacada industria nacional.

Hoy más que nunca la realidad exige de nosotros un esfuerzo ingente por construir un proyecto nacional más justo, más libre y más promisorio, en esta hora en que sobre la nación se ciernen las políticas dictadas desde la casa blanca, que ya no se conforma con la total entrega de la economía nacional a la superpotencia, sino que además reclaman nuestro territorio para seguir desangrando al mundo con sus guerras tan incestuosas como descaradas, se nos quiere hacer creer que las bases norteamericanas en Colombia son un asunto accidental, casual y más bien coyuntural, como si no supiésemos ya de memoria que el neoliberalismo necesita tener tras de sí botas, tanques, aviones y bases para sembrar la desigualdad allí donde se asienta, hemos aprendido de memoria la lección. A mayor grado de desigualdad, le viene un mayor grado de violaciones y restricciones a los derechos humanos. Sabemos que lejos de ser un asunto coyuntural, la presencia militar de Estados Unidos en Colombia responde directamente a sus intereses económicos en la región, además de constituir un intento por frenar la unidad del pueblo latinoamericano, y porque no decirlo, dichas bases son la manera en que el inquilino de la casa de Nari quiere ganarse el voto de confianza de la bancada demócrata en Estados Unidos, que aun no ve con buenos ojos el prontuario y el perfil de su guiñol, quien como era de esperarse se ha valido de las más infames practicas para intentar asegurarse una segunda reelección, tan ilegal e ilegitima como la propuesta de establecer bases norteamericanas en tierra colombiana, pasando por encima de la constitución misma, argumentando que existe un artificio mental inventado por ellos llamado Estado de opinión y arguyendo, que dicho Estado de opinión representa la fase superior del Estado Social de Derecho.

Pese a ésta andanada de ataques a la democracia y a la nación misma, hoy los sectores sociales y demócratas de Colombia tenemos la fuerza de los argumentos y la historia de nuestra parte, solo resta poner nuestra parte en la historia, atendiendo a la recomendación que usted, Maestro Carlos Gaviria nos ha hecho en repetidas ocasiones, que la lucha se debe hacer sin sectarismo pero sin ambigüedad, adoptando posiciones unitarias pero sin ambage alguno frente a los debates gruesos que debe dar la nación. Pues por qué debiéramos titubear, como no lo hemos hecho, para oponernos de manera frontal a las reformas que hoy avanzan no solo sobre la Universidad Nacional de Colombia sino sobre el conjunto de la educación pública en el país, que vulneran su carácter de pública y su escasa autonomía, políticas que ahora más que nunca atentan contra la calidad de la educación en Colombia. Hoy, sin sectarismo pero sin ambigüedad, los jóvenes debemos afrontar la tarea de construir un proyecto nacional distinto al que se nos quiere imponer, sin escatimar esfuerzos en aras de la unidad, esa misma unidad que usted representa para el Polo Democrático Alternativo y para los sectores democráticos de la nación. Es ahora cuando los jóvenes debemos movilizarnos en búsqueda de esa patria que aun no tenemos en donde ser joven no cause sospechas y en donde ser viejo no sea una condena.

Por último Maestro Carlos Gaviria déjeme contarle que como usted somos muchos y cada día más quienes creemos en un proyecto de nación distinto, sin duda más promisorio, un proyecto que se ve bien recogido en esos versos de Saavedra que usted ha ido pronunciando por toda Colombia, que dicen más o menos así

Cuando se pueda andar por las aldeas y los pueblos sin ángel de la guarda.

Cuando en el trigo nazcan amapolas y nadie diga que la tierra sangra.

Cuando la libertad entre en sus casas con el pan diario, con su hermosa carta.

Cuando la espada que usa la justicia aunque desnuda se conserve casta.

Cuando el vino excesivo se derrame y entre copas vida se reparta.

Cuando el pueblo se encuentre y con sus manos teja él mismo sus sueños y su manta.

Cuando de noche grupos de fusiles no despierten al hijo con su habla.

Cuando en lugar de sangre por el campo corran caballos, flores sobre el agua.

Cuando la paz recobre su paloma y acudan los vecinos a mirarla.

Cuando el amor sacuda las cadenas y le nazcan dos alas en la espalda.

Sólo en esa hora podrá el hombre decir que tiene patria.

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